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ARTÍCULO DE OPINIÓN: El precio de la historia entre Chile y Bolivia tras el fallo de La Haya

02 de octubre de 2018

Por Gonzalo Gallardo

He escuchado con atención las palabras de frustración de los hermanos bolivianos, ciudadanos de a pié que tras el fallo adverso a la aspiración marítima, sin ningún pudor hablaban hoy expresando su rabia ante la prensa chilena en La Paz, señalando cosas que venían de su propio conocimiento personal, de quizá rumores de barrio, o de las propias palabras que han escuchado de sus autoridades durante mas de cinco años.

Generaciones completas que en este día donde quizá se le cierra la puerta definitivamente a cualquier posibilidad no armada de volver al Océano Pacífico, señalaban con rabia personal cosas comprensibles, pero totalmente gráficas de una realidad aún mas preocupante en el vecino país, la ignorancia, que creo es el peor enemigo de un pueblo trabajador, luchador, soñador, patriota y comprometido con su propia nación.

Así fue que con estupor escuché en un canal de televisión el siguiente diálogo:

 

Periodista pregunta: «¿Que le parece la derrota en La Haya?»

Ciudadano contesta: «Esto es un complot que hacen en contra de nuestro país»…

Periodista: «¿Pero complot de quien?»

Ciudadano contesta: «De todos los países imperialistas que no quieren que ‘Bolivia tiene mar’… no les conviene»

Periodista: «Perdón, pero ésta es una corte que tiene que depende de Naciones Unidas y no depende de un país específico»

Ciudadano contesta: «Pero de igual forma, aquí se ve que se han parcializado, porque nosotros estamos pidiendo justicia… y es una justicia que debieran darnos por ‘inercia’…»

Periodista replica: «Perdón pero su razón… su razonamiento no lo entiendo bien, porque aquí la Corte Internacional de Justicia aplicó derecho internacional»

Ciudadano contesta: «Claro, aplicó, pero no nos favoreció de acuerdo a lo que nosotros hemos solicitado a la corte»

Periodista: «En un juicio uno gana o pierde»

Ciudadano añade: «Claro, pero vamos a continuar con la lucha… porque Bolivia nació con mar, y nos lo arrebataron»

Cuando escuché esta disertación del ciudadano boliviano pensé dos cosas: primeramente que su respuesta responde a la frustración natural por la situación adversa, y segundo que es un caso excepcional. Pero luego me fui encontrando con otras respuestas tanto o mas sorprendentes en diversas entrevistas que cito:

  • «Estos jueces son amigos del poder del presidente chileno que les pagó»
  • «No entendemos por que estas cosas se resuelven en una oficina de La Haya que esta ‘en Polonia’ si estas cosas tenemos que resolverlas nosotros»
  • «El mar es nuestro y Bolivia nunca perdió una guerra, sólo nos quitaron el mar»
  • «Chile siempre nos ha querido amargar la vida quitándonos el mar»
  • «Los chilenos solo quieren que Bolivia siga encerrada»

Como las anteriores hay muchas mas respuestas sorprendentes, pero pensé por un momento que se trataba solo de reacciones apasionadas no razonadas con calma debido a una frustración repentina que no se esperaba ni el mas pesimista de los altiplánicos.

Sin embargo, me di el trabajo de ver la televisión del vecino país en la previa al fallo, algunos registros audiovisuales de los canales de ese país y comencé a entender que este es un tema aún mas profundo que un mero sentimentalismo.

Bolivia TV es uno de los canales mas reconocidos de ese país, y en un programa de análisis político llamado «Hablemos Claro», tiempo antes que se conociera el fallo, señalaban cosas tales como que la demanda chilena se iba a derrumbar porque el canciller Ampuero era soberbio y que ni siquiera saludaba a la prensa boliviana.

En medio del desarrollo de la idea por parte del conductor del espacio, el periodista boliviano Enrique Salazar, señalaba las implicancias de los alegatos finales que tuvieron ambos países en disputa en la Haya hace varios meses, en ese momento ingresa una música y el conductor interrumpe su idea para decir «no me quejo de esto, pues es nuestro estilo, tenemos un ruido comunicacional con un eco», y prosiguió con su idea en torno a lo mal encausado que estaba a su juicio el trabajo de defensa de Chile.

«El doctor Eduardo Rodríguez Veltzé agradeció incluso a los medios de comunicación de ambos países, de Chile y Bolivia, no obstante que ellos tuvieron una persecución casi ‘delincuencial’ a los personeros de Bolivia… bien, es su estilo.. allá ellos, pero eso no siempre es lo mejor.

 

Agradeció también (Rodríguez Veltzé) a los representantes diplomáticos y juristas, que defendían a los chilenos, y dijo ‘este es un escenario de paz donde venimos a buscar los mejores resultados’, muy respetuoso el doctor Eduardo Rodríguez Veltzé, sereno, tranquilo.

 

Cuando habló el representante diplomático de Chile, no agradeció a nadie, el tipo ‘osco’, ‘parco’, y esos son síntomas… al igual que sus medios de comunicación.

 

La agresividad mostrada, tanto por el señor Ampuero, Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, como también por el hoy asesor, el señor Muñoz… Heraldo Muñoz, que fue ministro en la época de Michelle Bachelet hace poquito nomás… él mas sereno, el señor Miuñoz, pero ‘el Ampuero’… lo que le criticaba a Bolivia él lo hacía, se victimizaba, se volvía nervioso y luego se transformaba en agresivo.

 

Y todo esto lo vi porque estaba a tres metros de el, en una graditas en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, los otros medios estábamos abajito…

 

Bien, luego pasado ello, vamos a hacer una evaluación con especialistas…»

 

Esta tremenda introducción llena de argumentos alejados de lo jurídico me dejó en claro que algo pasional está mas presente en el razonamiento de los profesionales  de la prensa de ese país, además de una falta total de manejo lingüístico, utilizando palabras con un contexto significante que no corresponde.

Todo esto termina por ser el fiel reflejo de lo que la misma ciudadanía termina repitiendo.

Pero el análisis del conductor no quedó ahí.

Según el periodista, debido a que para Chile no hay nada tras el tratado de 1904, el embajador boliviano se dedicó a recopilar información que diera sustento a la demanda, donde aparecen, según dice el periodista, «11 resoluciones en la OEA donde Chile y Bolivia se juntaron para ver el tema pendiente de la salida de Bolivia al Pacífico».

«Los abogados de los chilenos que se creen el último grito de la tierra en el tema del derecho, todos eran contratados y con mucho trajín en el tema del derecho internacional», señala el periodista, quien añade detalles de los idiomas que se utilizan y otros aspectos poco relevantes para sustentar un eventual resultado.

El comunicador vuelve a los 11 supuestos acuerdos en la OEA, los que cabe señalar la CIJ desechó, y comienza a dar introducción al invitado, de quien señala que si habla al respecto en los medios de comunicación, eso también la corte lo toma como un argumento oficial.

Vamos a los hechos, a lo que se refiere el periodista con las 11 resoluciones de la OEA, vale bien señalar que se dan en en un período en que la situación internacional de Chile era muy precaria, muy debilitada. Por lo tanto, la disposición a dictar resoluciones respecto al país era muy fuerte.

La Asamblea General de la OEA entró en ese asunto dejando en claro, sin embargo, que no es un organismo supranacional que le puede dar instrucciones o decir cosas a sus países miembros, sino un organismo multilateral destinado a «generar acuerdos que a imponer cosas».

Es por esto que en esa época las resoluciones no son vinculables legalmente, que fue el contenido de la defensa chilena en la réplica ante la CIJ.

Sin embargo, desde 1989, cuando hubo elecciones democráticas en Chile, el tema permaneció en agenda por Bolivia, Chile no tuvo problema en dialogar con el vecino país, pero nunca nadie dio una resolución.

Sobre las eventuales apoyos de Chile a las resoluciones, algunas veces Chile ‘participaba en el consenso’ en el sentido que no decía ‘votemos o me opongo’, sino prefería decir ‘ya, ok, si la van a aprobar, apruébenla'».

Respecto de si ello lo obliga a negociar una salida soberana al Pacífico, el hoy senador José Miguel Insulza, ex Secretario General de la OEA, señaló hace un año que «Chile aparece muchas veces votando en contra que aceptando una resolución. A veces en las asambleas generales hay acuerdos sobre una resolución, y más que pedir votación se pide consenso, lo cual no significa que todos los países estén en acuerdo con eso. En ese caso, es aún más discutible que Chile haya participado».

Chile siempre sostuvo que nunca ha asumido una obligación de negociar, ni en un tratado ni en declaraciones unilaterales, tal como planteó el equipo jurídico que terminó siendo ratificado por la Corte Internacional de Justicia de La Haya, donde se señala que tampoco se podría decir que por escuchar a Bolivia ha surgido una obligación jurídica.

Sin embargo esta pequeña muestra habla mucho del desconocimiento terrible que tienen los bolivianos de muchas cosas, con las cuales el nivel de ignorancia en sus palabras sorprende.

¿Por que Bolivia perdió el mar?, no fue un acto infame ni tampoco una «crueldad» por parte de Chile, sino que responde a un hecho histórico donde Bolivia no fue meramente una víctima.

Durante el siglo XIX, la economía chilena estaba basada en la explotación de minerales, en especial de sal, material que se encontraba en el norte del país y cuyos mayores yacimientos estaban en territorio boliviano y peruano.

La riqueza del Salitre era la bonanza del norte, que era totalmente diferente al de hoy, donde Chile no era vecino de Perú, sino sólo de Bolivia y Argentina.

En febrero de 1878 Bolivia estableció un nuevo impuesto a la empresa chilena Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta (CSFA), en violación del tratado de límites de 1874 que prohibía nuevos impuestos o el aumento de estos.

Ante esta sorpresiva situación, la cosa no se fue de inmediato a una lucha armada, pues Chile protestó de modo diplomático y solicitó someter el pleito a un arbitraje, pero el Gobierno boliviano, presidido por Hilarión Daza, consideraba el asunto como interno y sujeto a la jurisdicción de las cortes bolivianas.

El anterior fue el origen de todo el conflicto, pues Chile insistió y advirtió al Gobierno boliviano que no se consideraría ligado al tratado limítrofe de 1874 si Bolivia no suspendía el impuesto.

Cabe mencionar que el tratado antes mencionado,  fijó la línea fronteriza entre ambos países en el paralelo 24°S, eliminando la medianería o mancomunidad de derechos establecida en el tratado de 1866.

Por el contrario, el Gobierno boliviano rescindió la licencia a la compañía chilena, embargó sus bienes y los puso a remate.

El día del remate, curiosamente lejos del amor de una jornada como ese San Valentín del 14 de febrero de 1879, las fuerzas militares chilenas ocuparon la población boliviana de Antofagasta sin resistencia, una ciudad pequeña dedicada principalmente a la actividad portuaria, y mayoritariamente habitada por chilenos.

Tras lo anterior, avanzaron en pocos días hasta el paralelo 23°S. La zona entre el río Loa y el paralelo 23°S permaneció bajo soberanía boliviana.

Hubo varias advertencias diplomáticas en esos días, para evitar un conflicto mayor y terminar con el gravamen en cuestión, lo que podría haber evitado la guerra, sin embargo el Perú, que había firmado con Bolivia un Tratado de alianza defensiva con carácter secreto, ordenó preparar sus fuerzas militares y simultáneamente envió un diplomático a Chile para mediar, sin advertir a Chile que existía este acuerdo armado.

Ante el avance chileno en territorio disputado, el 1 de marzo de ese año, Bolivia se declaró en estado de guerra contra Chile. Aquí hay un punto importante en cuanto a lo que he oído hablar a los bolivianos en general, pues siempre hablan de una invasión «infame», y una acción que partió de Chile, sin embargo quien se declaró en estado de guerra fue Bolivia, cierto que tras la invasión de Chile a territorio boliviano, pero con el afán de acuerdos.

Cuando Perú se negó a permanecer neutral, en último término Chile declaró la guerra a ambos aliados el 5 de abril de 1879, posteriormente el 6 de abril, el Perú declaró el casus foederis, es decir, la entrada en vigor de la alianza secreta con Bolivia.

En los primeros seis meses, Chile logró la supremacía naval, indispensable para conquistar las zonas costeras del desierto. Antes de fines de 1879 ocupó la provincia peruana de Tarapacá y a comienzos de 1880 ocupó la zona de Tacna y Arica, tras lo cual Bolivia abandonó militarmente la guerra.

Luego, en enero de 1881, tras vencer en las batallas de Chorrillos y Miraflores al ejército peruano, las fuerzas chilenas ocuparon Lima. Después de estas campañas, la guerra entre Chile y Perú continuó por dos años más entre los remanentes del ejército, guerrillas y montoneros peruanos contra las fuerzas chilenas de ocupación, hasta la firma del Tratado de Ancón en 1883, en la que Perú, entre otras cosas, cedió el Departamento de Tarapacá y le fueron retenidas las provincias de Arica y Tacna.

Al año siguiente se firmó el Pacto de Tregua entre Bolivia y Chile de 1884, que puso fin al estado de guerra entre ambos países. Por su omisión en el tratado, Bolivia aceptó la anexión chilena de la franja 23°S-24°S. Bolivia aceptó la ocupación militar chilena de la zona entre el río Loa y el paralelo 23°S, pero su soberanía quedó en disputa y fue resuelta a favor de Chile en el Tratado de 1904 entre Chile y Bolivia.

En el Tratado de Lima de 1929 Chile devolvió Tacna al Perú y Arica fue cedida a Chile.

Textos e historiadores hasta el día de hoy debaten en el trasfondo de la generación de la Guerra del Pacífico, como ambigüedades fronterizas que venían de la época colonial, contrastado con las riquezas y los intereses, hasta de traición y complot.

Pero la verdad sea dicha, todos coinciden en el desarrollo de los hechos, y fue Bolivia quien se retiró inicialmente de la guerra, y la que aceptó tregua y el posterior tratado de 1904 que hoy se intenta desconocer.

ARGUMENTO BOLIVIANO

Pero ¿cual es el argumento de Bolivia para la reivindicación marítima?, un video patriótico boliviano da cuenta de sus argumentos.

Según el video, «Chile invadió sin ningún otro argumento mas allá de la violencia, el territorio boliviano para arrebatar a ese país su litoral con el fin de enriquecerse», lo que se condice con los hechos históricos, junto con otros argumentos que con pruebas fueron rebatidos en La Haya y otras instancias.

Añade que Chile durante décadas ofreció dar una «salida soberana al mar», lo que la corte también desechó.

Y asegura que Bolivia respeta el tratado de 1904, lo cual se contradice con el contexto de la demanda.

Chile por su parte también en su momento publicó un video de «mitos y verdades» respecto a esta demanda

TRAS EL FALLO

A pesar de que Evo Morales previo al fallo y con un ánimo triunfalista llamaba a Chile a respetar lo que dijera la Corte Internacional de Justicia de La Haya en la demanda presentada por su país, tras el fallo adverso todo se ha dado de modo distinto.

En la previa, el propio ex presidente Alvaro García Linera, ex guerrillero y político boliviano, trigésimo octavo vicepresidente del país desde el 22 de enero de 2006, durante los tres primeros gobiernos del presidente Evo Morales, señalaba que a Chile se le venía una «Derrota catastrófica para su diplomacia».

La CIJ, con sede en La Haya (Holanda), comunicó que la sentencia será inapelable y de obligado cumplimiento, por lo que supone el último episodio judicial en este litigio.

Morales reiteró previo a partir a La Haya que a partir del fallo de la CIJ “será otra historia con Chile” y a su juicio, la decisión de la corte sería esperada no solo por ambas naciones sino también “por todos los países del mundo”.

El mandatario boliviano, seguro de su triunfo señalaba en marzo de este año que «Un país democrático como Chile tiene que respetar cualquier resolución que emita la Corte Internacional de Justicia» (CIJ).

Sin embargo, hoy la historia cambia, y los diplomáticos bolivianos que llamaban a Chile a respetar el fallo, hoy cambiaban el discurso, partiendo por el propio Evo Morales, que asegura que el párrafo 176 del fallo leído por el presidente del tribunal internacional, Abdulqawi Ahmed Yusuf, da pié para seguir con la causa.

En estricto rigor el párrafo en cuestión señala que: «La Corte agrega que su conclusión no debe entenderse como impedimento para que las partes continúen sus diálogos e intercambios, en un espíritu de buena vecindad, para abordar las cuestiones relacionadas con la situación sin salida al mar de Bolivia, solución que ambos han reconocido como una cuestión de interés mutuo. Con la voluntad de las partes, se pueden emprender negociaciones significativas», señala el documento.

Evo Morales, por su parte, señala sobre el párrafo antes mencionado que «hay una invocación a seguir continuando con el diálogo (…) Estamos por la justicia, y tenemos razón y por eso entiendo esta invocación de la CIJ de continuar el diálogo entre ambas partes. Es importante que los pueblos de la región tengamos la capacidad de resolver los temas pendientes, con este párrafo 176 la corte entiende perfectamente que hay un tema pendiente entre Bolivia y Chile», señaló sin aceptar preguntas de la prensa en el lugar a la salida de la corte.

Mientras que su equipo, insiste en que se continuará insistiendo, algo que los mismos bolivianos en un canal de Youtube exhiben bajo el título de «FRACASADOS HABLAN!!»

Ahora el fallo es algo ya consumado, aunque Evo Morales señala que es un «informe»… la pregunta es ¿será respetado por Bolivia como le pedía a Chile antes de conocer sería derrotado?